lunes, 16 de noviembre de 2009

Mujeres a partir de 6 años... Mujeres objeto ?


Uñas pintadas, mascarillas faciales o sesión de maquillaje, esas actividades antes reservadas para las mujeres hoy se han profesionalizado para niñas. Hasta hace cinco años, los spa se destinaban a la atención exclusiva de los adultos. Se creía que las personas de seis años o un poco más podían tener otras preocupaciones a través de otras vías como jugar, escuchar música o jugar con muñecas. Ahora, las niñas están incluyendo el ‘spa’ entre sus alternativas de escape. Para celebrar su cumpleaños, las niñas se encuentran juntas en un centro de belleza con todas sus amigas que no superan los 10 años para discutir de su serie de televisión preferida mientras descansan sus pies en un baño con pétalos y esencias florales.

En los países del Este, los 'spa' para niñas están creando tendencia. Unos centros de estética abrieron este año. Destinados al público infantil atraen a centenares de crías a partir de cinco años con vocación de princesa. Estos centros acogen a un centenar de niñas cada viernes, sábado y domingo, acompañadas de sus madres o en grupo. El salón de belleza Chez Lulu, en Beirut, es el pionero en esta nueva moda y forma parte de un complejo infantil llamado Frizzy que dispone de varias actividades: un laboratorio, una cocina, un taller de artes plásticas, una mesa de manualidades o una discoteca a escala infantil, además del 'spa'.

¿De dónde viene el gusto de esas pequeñas para los centros de belleza? La inspiración proviene de las madres que acuden a estos centros acompañadas de sus hijas. ¿Quién de niña nunca imitó a su madre, calzándose sus tacones, pintándose los labios de carmín, poniéndose una corona de princesa o jugando con peluqueras? Desgraciadamente, las niñas, deseosas de imitar a sus mayores, constituyen una parte considerable del mercado. Periódicamente, se celebran jornadas donde ambas pueden recibir tratamientos al mismo tiempo. El resto del tiempo, las madres invierten papeles y se convierten en meras acompañantes. Además, los salones ponen a la venta productos estéticos de vivos colores y aromas frutales destinados a niñas, desde crema hidratante o champú hasta brillo de labios.

El éxito en los países del Este se puede entender. Las niñas siempre quieren algo increíble para sus cumpleaños. Quieren ser una princesa a lo largo del día, quieren sentirse superiores a sus amigas durante este día especial.

Cuidar a nosotros mismos es esencial. En la vida actual, todo el mundo conoce el estrés y busca medidas para relajar la presión y descansar. ¿Como evolucionará una pequeña que ya hace cosas de adultos? ¿Estos centros no promueven el modelo de la mujer Barbie sometida a la estética? Según ellos, se dedican a la salud que es una opción diferente del entretenimiento. Quieren enseñar a esas chicas como hacer una manicura y mantener una higiene de vida perfecta. Pero nada es gratis. Llegan a costar a los padres entre 300 y 1800 euros para una jornada de cuidados. ¿Dónde vamos? ¿La estética ya ha cobrado tanta importancia en la realidad? La mirada del otro forma parte de la vida de todos pero focalizarse sólo en ella puede convertirse en algo peligroso y transformar esas pequeñas en mujeres objeto. Promover la imagen es algo malo. Todo para el exterior y nada dentro sino la preocupación incesante del parecer. Hay que hacer las cosas por orden. La mujer luchó durante años para cambiar su estatuto y adquirir más independencia. ¿Poner su niña en un salón de belleza no constituiría una vuelta al pasado?

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